04 noviembre, 2010

sin título

La esencia del tiempo se pierde en labios que nunca volverás a conocer,
oirás flores de madera, cirios escupiendo tinta
sobre tu almohada sin relleno.

Saldrás envejecido como un cazador en el silencio de la noche
y te creerás más fuerte y cultivado,
y te creerás más firme para enfrentar la vida.

Embestirás al alba contra muros de carmín,
soñarás con aquel dios que un día prometieron tus educadores
y sentirás nostalgia de haberte conocido.

Entonces querrás asesinar los complicados juegos del lenguaje
para emerger en templos
de piel acogedora.

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