23 noviembre, 2010

Cicatriz


Cicatriz de paso fija en ojos
que conocen la exactitud de tu sangre
lánguida y alegre como gotas de rocío.

La casa en penumbra
cuando fuera el sol todo lo enciende.

Y todo quiere decir
la hilvanada destrucción de cuanto asoma,
el dócil germinar de la carne
que impaciente tiembla

bajo aquel árbol de luz.

Talado presente de amor
que naces para destruirte solo,
pasión que apuntas el cadáver
en tu libreta retrasada de fuego,
ceniza para un cosmos sin pan.

Ya no puedo ayudarte como hombre
si no es en las cosas cotidianas de la vida,
cada día abro la puerta del poema
y planeo en el desdén de tu silencio altivo,
a nadie culpo de esta nada.

La palabra es incienso penetrando
el aire viciado de aquella habitación.
Estoy conforme con todo, cicatriz,
hay un olor que basta para que el recuerdo sea,
porque la muerte tan solo interrumpe un despertar.



Poema en marcha gestado en la Biblioteca Regional Joaquín Leguina, donde se ha celebrado estos días un congreso internacional "memoria encendida de un poeta" dedicado a la figura de Luis Rosales con motivo de su centenario. Así mismo, se ha presentado una edición crítica - la primera de Rosales - minuciosamente preparada por Noemí Montetes-Mairal en la editorial Cátedra con tres de sus libros fundamentales Rimas/La casa encendida/El contenido del corazón, así como una edición en italiano de la casa encendida la casa iluminata editorial Liguori llevada a cabo por Gabriele Morelli. En la presentación acompañaron a sus preparadores Luis García Montero y José Carlos Rosales.


20 noviembre, 2010

Se llama poesía

Se llama poesía, algunos la escupen
como un vómito de borrachera
en ciertos bares de Madrid
que recordar no quiero.

Se llama poesía, algunos la editan
como si fuera un quinqui o una puta
y reclaman después su mercancía
cifrada en números redondos.

Se lee poesía y no estás invitado,
porque no tienes carné de partido
ni asumes la flor del mercado.

Si tu mayor deseo
es cargar con un mote que empieza por pe
para toda la vida, entonces no vivas.
Cumple con los requisitos de este notariado:
ten a punto un quiosco ambulante del ego
y espera a la orden de nuestro director.

No aceptamos marcas obsoletas
ni rótulos en blanco y negro.
Si no sabes vender
por desamor al arte, escribe.

14 noviembre, 2010

La aurora de Federico García Lorca

En 1929 Federico García Lorca, sufriendo una crisis personal que describe el poeta mismo como „crisis sentimental“ vivió, estudió y escribió durante casi un año en la ciudad de Nueva York. En este periodo editó los poemas del libro Poeta en Nueva York que fue publicado cuatro años despues de la muerte del poeta en 1940.

Poeta en Nueva York representa la vista personal de Lorca de un mundo desequilibrado. La Nueva York industrial es para Lorca un mundo en desorden donde se unifican las fuerzas enemigas de la vida: La muerte, la soledad, los números y las leyes que esclavizan al hombre y su naturaleza. Es un mundo de oposiciones: La muerte lucha constantemente contra la vida y la naturaleza se enfrenta al universo urbano inhumano.

„Todo lo natural, lo vivo, es sacrificado al gran monstruo, es convertido en mercancía“

Los ciudadanos ya no son individuos. El mundo urbano de Nueva York parece un hormiguero donde la gente es explotada por los mecanismos inhumanos de la civilización. Ni sufren ni sienten dolor, no están ni muertos ni vivos. Solo son esclavos impersonales, ya han perdido su naturaleza aguantando su destino letárgicamente. El poeta se mueve angustiado entre estas muchedumbres lúgubres.

Poeta en Nueva York marca una ruptura en la obra de Federico García Lorca. Presenta una visión del mundo moderno que no ha tenido antes:

Poet in New York is a poetry of anguish and outrage, a poetry of the solitary individual isolated within a chaotic, hostile universe with which he has no communication. The apparently surrealistic imageryexpresses a very different world from the Andalucía of Libro de poemas

García-Posada llama al estilo de Lorca ultrarrealismo porque no se trata de una visión externa y objetiva del mundo. El poeta se mete dentro del mundo poetizado para describirlo desde un punto de vista personal.

La realidad es punto de partida, pero es sometida a una profunda transformación poética, que construye un mundo no irreal, sino ultrarreal, donde se aprehende la esencia de los fenómenos de la realidad que ha servido de materia prima.


Poeta en Nueva York al principio de los años 40, despues de su publicación fue recibido como obra extraordinaria de Lorca. Siendo distinto a sus obras anteriores fue considerado por muchos críticos como inaccesible rechazo de su estilo anterior. Pero más tarde algunos autores han señalado que Poeta en Nueva York no muestra una ruptura esencial en la obra de Lorca. Solamente es expresión de una visión del mundo distinto usando en grandes partes las mismas técnicas como por ejemplo en Libro de Poemas o en Diván del Tamarit.

Our examination of the imagery of Poet in New York has shown [...] that the New York poetry is a simbolic expression of the poet’s state of mind, as is is earlier work. The striking revolution evident here, therefore is not a basic change of technique [...] but rather a change of form, revealing the poet’s sudden alienation from society and nature.

El libro Poeta en Nueva York tiene una estructura concepcional que representa las experiencias que hizo Lorca en la ciudad: Su llegada, su encuentro con los negros, su impresión de Wall Street y al final su viaje a Cuba en Son negros en Cuba. La aurora da al lector una visión de Nueva York como paisaje triste y deprimente utilizando como punto de partida el momento de la salida del sol en la ciudad.





La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean en las aguas podridas.

La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.



06 noviembre, 2010

y aún sonríes al otoño




Esos colores de la calle que se duerme
bajo el cielo herido del atardecer,
las antenas de metal raquítico,
aquel contorno oscuro
de los edificios más altos
amenazantemente fríos,
a través de la ventana me recuerdan a ti
que estás parado de repente
en una esquina
donde has perdido seis trozos de esperanza,
cuatro kilos de vida, dos meses de alquiler
y aún sonríes al otoño, a ti
que apuras en terrazas contiguas
la exhalación de tu violín gastado.


04 noviembre, 2010

sin título

La esencia del tiempo se pierde en labios que nunca volverás a conocer,
oirás flores de madera, cirios escupiendo tinta
sobre tu almohada sin relleno.

Saldrás envejecido como un cazador en el silencio de la noche
y te creerás más fuerte y cultivado,
y te creerás más firme para enfrentar la vida.

Embestirás al alba contra muros de carmín,
soñarás con aquel dios que un día prometieron tus educadores
y sentirás nostalgia de haberte conocido.

Entonces querrás asesinar los complicados juegos del lenguaje
para emerger en templos
de piel acogedora.

02 noviembre, 2010

Isla de otoño

El tiempo se detiene en el poema,
en su extensión rebuscas
las verdes hojas que fallecen,
antigua luz de otra piel.

Sobre el asfalto cómplice de un sueño
crujen besos que no supiste dar
tostados al calor del mediodía.

El motivo de tu viaje es incierto,
contemplas raíces ocres y pintas
versos con vocación de nada,
como el hálito de un fruto rebelde.


Octubre 2010


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