20 octubre, 2008

Raymond Carver y la oscura fuerza de lo cotidiano




Raymond Carver, uno de los mejores escritores de relatos estadounidenses.
“La genialidad no está en la historia que narra, sino en cómo la narra”

Ya iba siendo hora de dedicarle un pequeño espacio a este genio del relato breve. Vamos allá.

Raymond Carver es considerado uno de los mejores cuentistas estadounidenses. Murió de cáncer de pulmón, en 1988, a los 50 años. Este escritor construyó mundos literarios que describen el Estados Unidos profundo, la vida del obrero, del humilde, del núcleo familiar de clase baja, con sus secretos, tensiones y angustias inconscientes.

Las escenas que narra Carver pueden tener como música de fondo la de Tom Waits. Hay un parentesco en el tono, cierta sordidez en la vida de seres desangelados que son el opuesto al sueño americano, o, en realidad, su cara más común. Las historias de Carver tomaron vida en el cine a través de la película Shortcuts ("Vidas cruzadas") , dirigida por Robert Altman

¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?, la primera colección de relatos de Carver apareció en 1976. Al año siguiente el título fue colocado en la colección de Best American Short Stories (mejores relatos cortos americanos). Se cumplieron ya 30 años de esta distinción, que puso a Carver en el camino de los grandes cuentistas estadounidenses del siglo XX.


»Polaroid de vidas ordinarias

¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? es el primer libro de relatos de Raymond Carver (1939 – 1988), escritor norteamericano que desarrolló un estilo literario muy personal, tanto en la forma como en el contenido. En la forma fue un escritor sencillo, abocado a la economía del lenguaje y las palabras (parte de la crítica especializada denominó su estilo como minimalista), construyendo narraciones lineales de tono apagado y con finales simples.

Cada uno de sus relatos parece un fotograma de la realidad ordinaria, un instante que una polaroid captó desinteresadamente. El contenido acompaña este sentido. Retratadas en esas fugaces diapositivas aparecen historias corrientes, de personajes corrientes, que se encuentran inmersos en un mundo trivial, rodeados por ambientes grisáceos y sofocantes.

Pero la trivialidad en Carver no es más que el momento de la historia que selecciona para narrar, momentos ordinarios y efímeros de la vida de cualquier ser humano promedio: marido y mujer discuten sobre que ella está pasada en kilos, él se obsesiona con las dietas, ella no las puede cumplir, él está desempleado, ella trabaja de camarera en un bar. Fin de la historia.


Radiografías cotidianas plagadas de tensión y significado

La genialidad de Carver no está en la historia que narra, sino en cómo la narra. Tiene un enorme talento para reconstruir situaciones comunes con aguda verosimilitud, y demostrar, entre líneas, lo trascendental de esas situaciones. Con lo que no dice, con escenas mundanas y personajes comunes construye un todo. Es como una sinécdoque de la vida. Una televisión, dos personajes y un diálogo sencillo logran conectar con un universo más amplio: la vida de personajes de clase media y trabajadora norteamericana, desencantados, inmóviles, disparados hacia el lector a través de la visión escéptica de un autor eficaz y talentoso.

¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? es un muy buen libro de relatos. La lectura es rápida y entretenida. No hay que buscar grandes historias. Mejor es deleitarse con la perspicacia de Carver para contar historias simples, con trasfondos densos y llenos de tensión.

Si eres de los que aborrece los libros largos en los que tienes que esperar a la mitad para que empiece a engancharte y nunca has leído un relato de Ray Carver (no será por tiempo) ya no tienes excusa, la experiencia merece la pena.



Algunos de sus libros de relatos:

Si me necesitas, llámame 2000 Todos nosotros 1996 Vidas cruzadas 1993 Sin heroismos, por favor 1992 Tres rosas amarillas 1988 Bajo una luz marina 1986 Un sendero nuevo a la cascada 1985 Catedral 1983 De qué hablamos cuando hablamos de amor 1981 ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? 1976


Y uno de sus poemas más conocidos:

MIEDO

Miedo de ver una patrulla policial detenerse frente a la casa.
Miedo de quedarme dormido durante la noche.
Miedo de no poder dormir.
Miedo de que el pasado regrese.
Miedo de que el presente tome vuelo.
Miedo del teléfono que suena en el silencio de la noche muerta.
Miedo a las tormentas eléctricas.
Miedo de la mujer de servicio que tiene una cicatriz en la mejilla.
Miedo a los perros aunque me digan que no muerden.
¡Miedo a la ansiedad!
Miedo a tener que identificar el cuerpo de un amigo muerto.
Miedo de quedarme sin dinero.
Miedo de tener mucho, aunque sea difícil de creer.
Miedo a los perfiles psicológicos.
Miedo a llegar tarde y de llegar antes que cualquiera.
Miedo a ver la escritura de mis hijos en la cubierta de un sobre.
Miedo a verlos morir antes que yo, y me sienta culpable.
Miedo a tener que vivir con mi madre durante su vejez, y la mía.
Miedo a la confusión.
Miedo a que este día termine con una nota triste.
Miedo a despertarme y ver que te has ido.
Miedo a no amar y miedo a no amar demasiado.
Miedo a que lo que ame sea letal para aquellos que amo.
Miedo a la muerte.
Miedo a vivir demasiado tiempo.
Miedo a la muerte.
Ya dije eso.


09 octubre, 2008

Ezra Pound y la represión democrática



Ezra Pound y la represión democrática

"Simplemente quiero una nueva civilización". Ezra Pound

Uno de los casos más dramáticos de la represión de la democracia contra la cultura es el de Ezra Loomis Pound (Idaho 1885 - Venecia 1972). En una de sus famosas obras "Jefferson and/or Mussolini", elogia a Benito Mussolini y se pone decididamente de su lado por considerar que el fascismo es la única posibilidad de vencer a la Banca Internacional y a los banqueros judíos. "La usura es el cáncer del mundo, sólo el bisturí del Fascismo puede extirparla de la vida de las naciones", escribe en 1929. Atacando duramente lo que él llama "la usocracia demoliberal", afirma: "Es la tarea de esta generación hacer lo que no han hecho los primeros demócratas. El sistema corporativo, que concede al pueblo poderes en relación con su trabajo y vocación, le proporciona medios para protegerse eternamente contra las potestades del dinero".

Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, Pound no duda en atribuir la culpabilidad a la Finanza Internacional, que es la que ha provocado el desastre. Así afirma: "Esta guerra no ha nacido de un capricho de Hitler o Mussolini. Esta guerra forma parte de la guerra milenaria entre usureros y trabajadores, entre la usocracia y todos lo que hacen una jornada de trabajo honrado con el brazo o con el intelecto".

Realiza un programa en Radio Roma durante la Segunda Guerra Mundial, donde ataca duramente a la usura y a la Finanza Internacional, y declara entre otras cosas: "La libertad de prensa se ha convertido en una farsa, pues todo el mundo sabe que la prensa está controlada, sino por los propietarios titulares, por lo menos por los anunciantes. La libre expresión bajo las condiciones modernas se convierte en una burla si no se incluye el derecho de libre expresión a través de la radio".

Como dándole la razón a estas declaraciones, el 5 de mayo de 1945, Pound era detenido por soldados americanos y llevado a un Centro Disciplinario de Entrenamiento de Pisa. No sabía que iba a tener que demostrar hasta la saciedad, con hechos, su propia frase: "Si un hombre no está preparado a correr riesgos por sus opiniones, es porque o bien sus opiniones no valen nada, o él no vale nada". Fue metido en una jaula de hierro (en los cantares la llama "la jaula del gorila"), en una linea de jaulas en que se guardaban a los condenados a muerte. El sol y la lluvia le daban encima y de noche poderosos reflectores le impedían conciliar el sueño. A las tres semanas de semejante tratamiento, Ezra Pound tuvo que ser trasladado a la zona médica.

Luego de seis meses es llevado a los Estados Unidos y encerrado en un "Instituto Psiquiatrico". Es liberado en 1958, luego de una cruel reclusión sin haber tenido jamás un juicio ni una excusa.



CANTAR XLV

Con usura

Con usura no tiene el hombre casa de buena piedra
Con bien cortados bloques y dispuestos
de modo que el diseño lo cobije,
con usura no hay paraíso pintado para el hombre en los muros de su iglesia
harpes et lutz (arpas y laúdes)
o lugar donde la virgen reciba el mensaje
y su halo se proyecte por la grieta,
con usura
no se ve el hombre Gonzaga,
ni a su gente ni a sus concubinas
no se pinta un cuadro para que perdure ni para tenerlo en casa
sino para venderlo y pronto
con usura,
pecado contra la naturaleza,
es tu pan para siempre harapiento,
seco como papel, sin trigo de montaña,
sin la fuerte harina.
Con usura se hincha la línea
con usura nada está en su sitio (no hay límites precisos)
y nadie encuentra un lugar para su casa.
El picapedrero es apartado de la piedra
el tejedor es apartado del telar
con usura
no llega lana al mercado
no vale nada la oveja con usura.
Usura es un parásito
mella la aguja en manos de la doncella
y paraliza el talento del que hila. Pietro Lombardo
no vino por usura
Duccio no vino por usura
ni Pier della Francesca; no por usura Zuan Bellini
ni se pintó "La Calunnia”
No vino por usura Angélico; no vino Ambrogio Praedis,
no hubo iglesia de piedra con la firma: Adamo me fecit.
No por usura St. Trophime
no por usura St. Hilaire.
Usura oxida el cincel
Oxida la obra y al artesano
Corroe el hilo en el telar
Nadie hubiese aprendido a poner oro en su diseño;
Y el azur tiene una llaga con usura;
se queda sin bordar la tela.
No encuentra el esmeralda un Memling
Usura mata al niño en el útero
No deja que el joven corteje
Ha llevado la sequedad hasta la cama, y yace
entre la joven novia y su marido
Contra naturam
Ellos trajeron putas a Eleusis
Sientan cadáveres a su banquete
por mandato de usura.


Breve biografía

Ezra Weston Loomis Pound (Hailey, Idaho, Estados Unidos, 30 de octubre de 1885 – Venecia, Italia, 1 de noviembre de 1972), poeta, ensayista, músico y crítico estadounidense perteneciente a la Lost Generation —«generación perdida»— que predicó fogosamente el rescate de la poesía antigua para ponerla al servicio de una concepción moderna, conceptual y al mismo tiempo fragmentaria.

Su obra monumental, los Cantos, o Cantares, le llevó gran parte de su vida. El crítico Hugh Kenner dijo tras encontrarse con Pound: «He tomado de repente conciencia de que estaba en el centro del modernismo».

Pound fue un ferviente seguidor de Benito Mussolini y fue criticado por su antisemitismo; cuando en realidad al analizar detalladamente los Cantos no hay ni un asomo de dicho antisemitismo sino por el contrario una celebración al espíritu humano como un todo, a la "tribu humana" (Pound Dixit). Su compromiso con Mussolini le significó ser condenado en 1945. Pasó la mayor parte de su vida en Italia, está enterrado en Venecia.

07 octubre, 2008

Trabajar Cansa (Lavorare Stanca) Cesare Pavese


Atravesar una calle para escapar de casa
lo hace sólo un muchacho, pero este hombre que anda
todo el día las calles, ya no es un muchacho
y no huye de casa.
Hay en el verano
tardes en que las plazas se quedan vacías, tendidas
bajo el sol que ya empieza a ponerse, y este hombre que llega
por una avenida de inútiles plantas, se detiene.
¿Vale la pena estar solo para quedarse siempre solo?
Callejear únicamente, las plazas y las calles
están vacías. Es preciso detener a una mujer
y hablarle y decidirle a que viva con uno.
Si no, uno habla solo. Por eso algunas veces
el borracho nocturno comienza a parlotear
y explica los proyectos de toda su vida.

No es cierto que esperando en la plaza desierta
te encuentres con alguno, pero el que anda las calles
a ratos se detiene. Pero si fueran dos,
aun andando las calles, la casa ya estaría
donde aquella mujer, y valdría la pena.
Por la noche la plaza vuelve a quedar desierta
y este hombre que la cruza no ve los edificios
tras las luces inútiles, pues ya no alza los ojos:
sólo ve el empedrado, que hicieron otros hombres
de endurecidas manos, como los están las suyas.
No es correcto quedarse en la plaza desierta.
Seguro que está en la calle aquella mujer
que, al pedírselo, quiera ayudar en la casa.


en "Trabajar cansa"(Lavorare stanca) de (1940)