20 noviembre, 2010

Se llama poesía

Se llama poesía, algunos la escupen
como un vómito de borrachera
en ciertos bares de Madrid
que recordar no quiero.

Se llama poesía, algunos la editan
como si fuera un quinqui o una puta
y reclaman después su mercancía
cifrada en números redondos.

Se lee poesía y no estás invitado,
porque no tienes carné de partido
ni asumes la flor del mercado.

Si tu mayor deseo
es cargar con un mote que empieza por pe
para toda la vida, entonces no vivas.
Cumple con los requisitos de este notariado:
ten a punto un quiosco ambulante del ego
y espera a la orden de nuestro director.

No aceptamos marcas obsoletas
ni rótulos en blanco y negro.
Si no sabes vender
por desamor al arte, escribe.

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