19 octubre, 2011

Bajo los puentes, a orillas del río,
en esta lenta progresión del poema
la tarde va muriendo en tu nombre.

Semáforos en rojo, construcciones,
burlamos el tiempo que al cruzar los ojos nos mira
como fuera de su alcance ruin,
hay misterios dibujados en palabras contenidas
que avanzan a su propio ritmo.

Balbuceos de un extraño nacimiento
prolongado por las cosas de la vida,
silenciosamente se acercan las verdades
que aún no podemos tocar en nuestra piel diurna,
sobre la mesa se dejan caer tan lentamente.

Qué cara de buena tienes,
mañana me escribirás como siempre,
estamos sordos por propia voluntad,
hace tiempo que jugamos
a mentiras con verdades descarnadas
que son aire, fuego, tierra y agua,
contemplamos la luna llenos de palabras
que no sirven para nada y nos alejan.

Otra tarde que reza arrodillada,
el poema avanza, no soy yo quien lo escribe,
la vida tiene aquí su propia marcha

y me volveré a perder en la noche
encadenado al tiempo,
sin este ritmo que celebra nuestro amor,
completamente solo
rodeado de poet@s.


10 de Octubre

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