09 octubre, 2010

delgada línea

La calle es estrecha
y gime como un parto,
desde la noche fresca
se abre paso la lluvia,
cruje fuera una luz
que se hace más leve en la estancia.

Ve allí,
rompe fronteras,

muerde el recuerdo aquel
que te dejó pensando.
Todo es salvaje azar,
valor ajado, atrevimiento.

Se te escapa una brisa
como roce soñado
de piel que ya no existe,
se te escapa una pena en el viento,
no tiene identidad
la flor de tus derroches.

Cargas con la sombra
de un tiempo detenido
que jamás regresa,
todo se pierde o corre
hasta caer rendido
en pasto de leyenda.

Más allá de los hombres lo esperas,
como un rayo sordo,
en esa delgada línea
que separa la muerte del olvido.



© 2010 José Antonio Pamies

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