10 diciembre, 2011

Desnuda entre las sombras corres sin que pueda alcanzarte el día nadie ubica el matiz de tu silueta en movimiento ni siquiera esta voz puede volar entre los sauces como agradable pesadilla que se desvanece, pasado de luz difusa, hoy que tus escuetas palabras me han abandonado para siempre las calles enmudecen de frío, barrios que han adquirido un tono violeta extraño, vacío mi buzón de ti, vacíos los ceniceros y los vasos hay gatos que me observan con sus ojos negros antes de subir a casa, vacío de calor mi hogar y de color mis sueños, tiemblo de fiebre antes de alcanzarte entre los fríos bosques del norte, allí se desvanece rápida una voz como cuchillada humeante a contratiempo… y me quedo solo persiguiendo opacas sombras, derramando exangües versos que apenas logran ubicarme mientras se tambalea la percepción, duda el recuerdo, sensaciones deportadas, algo que corre y se pierde absurdamente entre la multitud de hermanos árboles, rostro que apenas recuerdo, piel desubicada en la memoria, te amo por espectro y por sombra, desaparecida luz, ángel maldito de mi guarda.

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