12 diciembre, 2007




Me pareció verla sobre las rocas
en el acantilado
una tarde de otoño

No pude ver su verdadero rostro
antes de que el mar
se la llevara para siempre

2 comentarios:

Marta Uma Blanco dijo...

Entonces es que era una sirena.

Anónimo dijo...

Razonamiento lógico-realista que lleva a una conclusión no tan real puesto que las sirenas no existen. Igual que estos versos, se podría deducir que se trataba de una sirena pero no lo creo.