01 mayo, 2006

Después de tanto whisky te volví a chillar y estuve a punto de pegarte, luego saliste corriendo hacia tu casa y me sentí mal, abandonado, apoyado sobre la sucia barra de madera seguí tragando resina de azufre hasta reventar, era incapaz de llorar en semejante estado, iba tragando todo lo que me ponían delante, imagínate, pero aún así toda esta borrachera, este delirio casi tremens que desencadenaste en mis neuronas hace tanto tiempo sigue clavado en un recuerdo de ceniciento jazmín, empedernido hasta la destrucción seguí bebiendo en la memoria besos lejanísimos, me decían que sólo pensaba en mí, nadie me hacía caso, no lo recuerdo, “dejarme en paz”; amanecía, las paredes se tintaban de negro por las calles, me apoyé en un coche y empecé a dormitar entre vaivenes, el tiempo es el mayor enemigo de los aterrizajes sin espacio, no puedo volver a ahogarme en esas cuatro paredes... pero aquel delirio, aquella pasión desenfrenada casi obsesiva que no supe expresar sentimentalmente y que ahora quema y me arrincona en la autodestrucción de un sueño que siempre supe imposible, joder, este borracho tiene que aprender a mentir antes de que caiga en el asfalto vomitando mariposas ¿cuántos días lograré que se mantenga erguido sobre sus propios pies? ¿cuántos años más resistirá solo abrazándose en el aire podrido? hoy que la verdad es el armamento de los débiles ¿mañana? ja a veces tengo ganas de comprarme una pistola, quizá, si ni siquiera soy capaz de llorar porque te fuiste, definitivamente deliro, el vaso se quedó sin cubitos compañero, ponga algo más fuerte y si puede ser, definitivo.

4 comentarios:

@Igna-Nachodenoche dijo...

Me gustó ese final inesperado, ponga algo más fuerte y unos cubitos más helados...
Un abrazo.

Topacio dijo...

Me has ido arrastrando por esta borrachera que he leído con verdadero interés. Me gusta la manera de narrarlo, ese no poder llorar, aún estando desgarrado por dentro.

Tu blog es un grato descubrimiento para mí.

Saludos.

Alejandro dijo...

Lo he leído y ha sido como tomar, de un fondo blanco, un espumoso vaso de vino, tan canalla como amigo.

José Antonio Pamies dijo...

samsa, indagando -pq las respuestas no me llegan al mail- vi tu respuesta; un vis a vis privilegiado, cuídate donde quiera que estés, tampoco es para ahogarnos en el mar, saludos.