En 1929 Federico García Lorca, sufriendo una crisis personal que describe el poeta mismo como „crisis sentimental“ vivió, estudió y escribió durante casi un año en la ciudad de Nueva York. En este periodo editó los poemas del libro Poeta en Nueva York que fue publicado cuatro años despues de la muerte del poeta en 1940.
Poeta en Nueva York representa la vista personal de Lorca de un mundo desequilibrado. La Nueva York industrial es para Lorca un mundo en desorden donde se unifican las fuerzas enemigas de la vida: La muerte, la soledad, los números y las leyes que esclavizan al hombre y su naturaleza. Es un mundo de oposiciones: La muerte lucha constantemente contra la vida y la naturaleza se enfrenta al universo urbano inhumano.
„Todo lo natural, lo vivo, es sacrificado al gran monstruo, es convertido en mercancía“
Los ciudadanos ya no son individuos. El mundo urbano de Nueva York parece un hormiguero donde la gente es explotada por los mecanismos inhumanos de la civilización. Ni sufren ni sienten dolor, no están ni muertos ni vivos. Solo son esclavos impersonales, ya han perdido su naturaleza aguantando su destino letárgicamente. El poeta se mueve angustiado entre estas muchedumbres lúgubres.
Poeta en Nueva York marca una ruptura en la obra de Federico García Lorca. Presenta una visión del mundo moderno que no ha tenido antes:
Poet in New York is a poetry of anguish and outrage, a poetry of the solitary individual isolated within a chaotic, hostile universe with which he has no communication. The apparently surrealistic imageryexpresses a very different world from the Andalucía of Libro de poemas
García-Posada llama al estilo de Lorca ultrarrealismo porque no se trata de una visión externa y objetiva del mundo. El poeta se mete dentro del mundo poetizado para describirlo desde un punto de vista personal.
La realidad es punto de partida, pero es sometida a una profunda transformación poética, que construye un mundo no irreal, sino ultrarreal, donde se aprehende la esencia de los fenómenos de la realidad que ha servido de materia prima.
Poeta en Nueva York al principio de los años 40, despues de su publicación fue recibido como obra extraordinaria de Lorca. Siendo distinto a sus obras anteriores fue considerado por muchos críticos como inaccesible rechazo de su estilo anterior. Pero más tarde algunos autores han señalado que Poeta en Nueva York no muestra una ruptura esencial en la obra de Lorca. Solamente es expresión de una visión del mundo distinto usando en grandes partes las mismas técnicas como por ejemplo en Libro de Poemas o en Diván del Tamarit.
Our examination of the imagery of Poet in New York has shown [...] that the New York poetry is a simbolic expression of the poet’s state of mind, as is is earlier work. The striking revolution evident here, therefore is not a basic change of technique [...] but rather a change of form, revealing the poet’s sudden alienation from society and nature.
El libro Poeta en Nueva York tiene una estructura concepcional que representa las experiencias que hizo Lorca en la ciudad: Su llegada, su encuentro con los negros, su impresión de Wall Street y al final su viaje a Cuba en Son negros en Cuba. La aurora da al lector una visión de Nueva York como paisaje triste y deprimente utilizando como punto de partida el momento de la salida del sol en la ciudad.
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean en las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean en las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
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