28 abril, 2012

le rêve est fini




           
            Arráncale al tiempo un deseo,
            guárdalo en un cofre de madera,
            lanza tu secreto al mar.

            Naufragarás en arrecifes con espinas,
            sangrarán todos tus miedos azules
            hasta atisbar alguna costa
            donde la piel no ahoga las sombras del día.
      
            Dirás esto no es lo que buscaba
            y querrás volver,
volver una y otra vez, siempre volver
            al no deseo, al no tiempo, al no arrancado ser.
            
            Querrás no haber partido
y las pirañas sordas masticarán tu cerebro
con canciones idas y cuentos lejanos.

No podrás detener la luz que se te escapa,
entre los dedos del náufrago
el agua salada intermitente se enquista
con un sol de niño huérfano en los ojos.

Relucirá en una postrera tarde
el perenne puñetazo de la entraña muda,
voz irrefrenable que pugna hasta afirmar la nota,
que duda y repiensa como el tímido suicida
enmascarado de verdad, ¡bang, bang! ¿c'est fini?
hasta encontrar su verdadero tono suplicante
que lo redima del espectro asfalto
y resucite otro alquitrán de números y losas,
de números y losas, de números y losas, números y losas ad infinitum

Dios que asesinas el canto humilde hecho de carne y hueso,
martirio de cruz en cada letra hueca,
perdónalos porque no saben lo que piensan,
ellos, que sí saben lo que hacen.
Escaleras
            mecánicas.

                                      Ladera gris, 
                    piedras y flores, 
río atravesado                                        (Literatura)

Gente buena que revienta de necesidades
tipificadas en fríos códigos que atentan contra la vida
en nombre del sentido común – el uniforme ríe -
Novelas apiladas en comisarías por decreto ley
muerte cotidiana, la muerte es
cada día 

              Oh merci il vous rend libre
 
rêver

 ¿Por qué susurras, piensas, tiemblas
y dudas de tu condición barcadeseodemadera?
cuando tus versos fueron canto transversal,
corazón abierto a contraluz, beso en las venas
                          VIE

En el principio fue Gregor Samsa
y todos los libros asesinos que te salvaron del abismo en el abismo
y sus ojos azules que pudiste retener más tiempo en la memoria,
labios de amor plomizo perdido para siempre.

Recobra el mar
el mundo te ha expulsado de su entraña
ya no existe

sobre cimientos de sal puedes construir tus puentes


le rêve est fini

           

25 abril, 2012


            No arrojes tus flores al agua,
            no simules otro digno adiós,
no pronuncies
            con los labios del desencanto
            la palabra inaccesible.

            Mañana
arderán todas tus cenizas
            ¿acaso crees que el fuego
            es un elemento prescindible?
           
Entonces habrá sido en vano
            cantar por encima del tiempo
y de este frío altruista
que desprecias.

12 abril, 2012

historia de G. (poema de José Luis Piquero)


Déjate enseñar, déjate mandar, déjate sujetar
y despreciar y serás perfecta.
S. Juan de la Cruz, “Dichos de Luz y Amor”


“El amor es un miedo: una moneda,
un bien de cambio” -susurraba su voz
de borracho creíble, y sonriendo
añadía: “Cualquier amante es sólo
un chantajista”.

Y en las noches aquellas, como extraños libertos,
dejábamos atrás mi trabajo y sus libros
para beber, beber.
Hicimos el amor
en calles y portales.
Cuando hablábamos,
hablábamos los dos a cuchilladas.

De él sé decir que era un producto típico
de su ciudad y de sus años: frío
y gregario. Su raza:
jóvenes ilustrados y poetas,
cansados de un dinero que no tienen
y una seguridad. Yo estaba sola,
iba de paso: una bala perdida.
Él ya se castigaba -su costumbre-
haciendo daño a todos.

Tenía que dar con él.

Me dijo que las chicas como yo
tenemos el valor de una experiencia,
somos útiles. “Tú eres muy consciente
de estar representando el papel que te toca.
Pudiste estar con otro, ¿no es así?
Si eres lista puedes aprender algo,
pero recuerda siempre que yo te necesito”.

¿Soy injusta? También me quiso un poco,
a su modo. Perdonó mis mentiras,
y no era culpa suya no saber del amor
sino lo que le habían enseñado
en su impreciso mundo de palabras a medias
y de fáciles gestos.
Admiraba
esa capacidad-para-encajar-los-golpes
que yo he llegado a ser,
ese estar siempre dispuesta.
Y me daba su tiempo a manos llenas.

Hoy sé perfectamente que me usó
para sembrar recelos en su grupo.
Yo le he visto humillar a alguien que le quería,
ignorarle y marcharse conmigo, y disfrutarlo.
O exhibirme como a una vaca sana
en su circo de locas, sin recato, triunfante.
Me empujó
en otros brazos; eso fue un pretexto
para nuevos reproches -“Puta, puta”.

Cuando pude dejarle,
tuvo el talento -y la complicidad de sus amigos-
para hacer de mí la única culpable.
“Nos ha engañado a todos” (y quizá
él tenía razón).

A menudo estoy sola y pienso en él,
ya sin rencor, pero escucho de nuevo
esa voz en mi oído, amable, lenta:
“Eres producto mío. Tú, ¿quién eres?
Un apellido y un trabajo triste
y unos padres lejanos. Sin talento
ni belleza, no eres inteligente...
No tienes perspectivas, bobita, saltarás
de un amante a otro amante. Como mucho
eres la novedad, tan sólo un coño.
Yo te he querido siempre. Quédate.
Imagina que ahora te murieses:
el recuerdo romántico, tan frágil, de esos tontos
y quizá un mal poema -Aquella chica...-,
y nada más. Te quiero, no te marches,
qué voy a hacer sin ti, vuelve conmigo...”.

Si alguna vez hemos sido inocentes
como mascotas, puros igual que las manzanas,
nosotros hemos visto pudrirse las manzanas.

07 abril, 2012

Arráncame del miedo,
sé intrusa en la región celeste.

05 abril, 2012

Vago en la profunda noche
por tu ausencia inmaculada que tiembla de luz
en nuestro cuerpo uno.

Donde el cristal se enciende silencioso
y el enramado búho nos observa

incapaz de atravesar
estos límites de mármol.
Con tus garras de fuego en las entrañas
vago como una sombra en la lluviosa noche,
y no hallo puerto capaz de redimir la ausencia.

No hay luz de faro para esta barca azul titubeante
desteñida por los años.

03 abril, 2012

Algo habita en los sauces
que la ciudad castiga,
con un leve murmullo de estío
baja el río desde la acristalada sierra,
sepultada luna de primaveras ociosas
en ella se mira el extraño pasajero del poema,
todos los ojos tapiados para la piel que habita
sobre esta sed del alma,
centenares de vehículos rugiendo en el asfalto,
solo en el ancho cielo algún punto marcará el azar,
donde se inspiran posibilidades infalibles,
aunque el mañana descarnado
nos haya de escupir violento,
viejo Guadarrama, árboles raquíticos,
estos no son vuestros primeros ojos,
recostado en la plegaria inmemorial de tu paisaje
escucho reverberar la vida,
donde la sombra ha de llevarme un día
a encontrarme definitivamente,
lejos de los nombres,
a salvo de lo efímero.